viernes, 17 de septiembre de 2010

Momentos estelares de la humanidad: No pasarán


Solche dramatisch geballten, solche schicksalsträchtigen Stunden, in denen eine zeitüberdauernde Entscheidung auf ein einziges Datum, eine einzige Stunde und oft nur eine Minute zusammengedrängt ist, sind selten im Leben eines Einzelnen und selten im Laufe der Geschichte"

Cuando el 22 de febrero de 1942 Stefan Zweig se suicidió en Brasil junto a su mujer, lo hizo con una enorme desesperación por la destrucción a la que estaba sumida Europa. Había abandonado ya su Austria natal en 1934 al ver que las ideas de los nazis iban cuajando. La fecha de su muerte coincidió con uno de las derrotas más estrepitosas para Gran Bretaña en la Segunda Guerra Mundial; la pérdida de Singapur a manos de los japoneses. En este contexto de incertidumbre y avance del absolutismo en el campo de batalla, decidió quitarse la vida.

Como legado literario, dejó grandes relatos del siglo XX: "Novela de ajedrez", "Carta de una desconocida", "24 horas en la vida de una mujer", etc. Tras su lectura, uno no se sorprende tanto de su suicidio al ver el poso de amargura que en todas ellas subyace. De su obra, los "Momentos estelares de la humanidad" son lo mejor. Catorce relatos compilados en una novela, donde el lector disfruta de la pérdida de Bizancio, la decisión errónea que hace perder a Napoleón la batalla de Waterloo, la lucha por el polo Sur o el fracaso de Woodrow Wilson.

¿Qué decide que un determinado acontecimiento sea elevado a un momento estelar de la humanidad? Según palabras del propio autor (véase arriba en alemán): "suelen ser momentos dramáticamente concentrados, preñados de fatalidad, en los que una decisión destinada a persistir a lo largo de los tiempos se comprime en una única fecha, en una única hora y a menudo en un solo minuto, son raros en la vida del individuo y en la el curso de la Historia". La creación de la marsellesa, uno de los mejores relatos de esa novela, reúne todos los ingredientes al haberse compuesto en muy breve espacio de tiempo, ante un episodio trágico como la guerra contra el ejército del Rin y haber logrado llegar hasta nuestros tiempos.

De esta manera, en un perfecto ejercicio de subsunción de lo anterior, no sería excesivamente arriesgado calificar como momento estelar la terrible y definitiva decisión de cuántas capas de ropa ha de ponerse uno encima para no tener problemas con los 15kgs que únicamente deja facturar Ryanair y burlar su ¡No pasarán (con sobrepeso)! particular. Mañana, fatalidad y persistencia en un sólo instante tan único como Waterloo en el aeropuerto de Valladolid.

1 comentario:

Minrrell dijo...

Recuerda que lo hacen por tu seguridad... en caso de incidencia en el aire los inevitables golpes contra los asientos circundantes (están como a 2 cm de las rodillas) estarán amortiguados...los irlandeses piensan en todo.