domingo, 17 de octubre de 2010

Zapatero, Raúl y el gas





"Los expresidentes somos como los jarrones chinos, muy valiosos, pero nadie sabe dónde ponerlos"

Felipe González Márquez, expresidente del gobierno.

A estas alturas de los tiempos, uno no queda como un lector asiduo y creyente de Libertad Digital si afirma que el gobierno de Zapatero ha incurrido en constantes contradicciones. Si tiramos de hemeroteca, vemos que medidas tomadas hace dos o tres años, han sido suprimidas por la crisis. Véase a tal efecto el Cheque-Bebé y los dichosos 400€ que se devolvieron. Es más, hasta esta semana se defendió a nivel parlamentario algo como la geometría variable (en cristiano paladino: el PSOE no llega a ningún pacto de legislatura con nadie y se limita a buscar a algún partido en cada votación que le respalde). Como el grupo parlamentario socialista estuvo cerca de perder varias votaciones -entre ellas la del tijeretazo- se ha alcanzado el otro día un acuerdo hasta 2012 con los nacionalistas vascos y canarios. Adiós a la geometría variable, nuevo timonazo y cambio de rumbo.

Perdido el apoyo de la izquierda, defiende Zapatero su programa de reformas para combatir la crisis -en lenguaje sindical y popular más conocido como tijeretazo-, equiparándolo con lo que el por entonces canciller alemán socialdemócrata Gerhard Schröder hizo en 2003. ¿De que se trataba aquello de 2003? En Alemania se conoció como la Agenda 2010. Supuso la mayor reforma social desde la Segunda Guerra Mundial. Consistió en medidas como reducir el cobro del paro, reducciones en las pensiones y, en definitiva, en el Estado del Bienestar. Obviamente, el asunto no le hizo mucha gracia a los sindicatos y el partido socialdemócrata perdió muchos votos y afiliados. Lo cierto es que, siete años después de aquellas reformas -o recortes, según la óptica que se quiera ver- el país ha superado la crisis, el PIB crece al 3%, va a reducir el déficit antes de lo previsto y el número de parados bajará dentro de poco a los tres millones (España, con la mitad de población, tiene cuatro millones).

Como decíamos, se agarra Zapatero a la Agenda 2010 para defender el tijeretazo. Y, desde algunos círculos de la izquierda, se le anima con las medidas diciendo que puede pasar a la posteridad como el Gerhard Schröeder español. ¿Quién es el tal Schröeder? Fue canciller alemán de 1998 a 2005, se le conoció como el Auto-kanzler por su relación estrecha con el mundo del automóvil. Cabe suponer que, también jugando con esto, se le llamó el Audi, en referencia a los cuatro anillos del símbolo de la marca y el que se hubiera casado cuatro veces. En 2002 estuvo cerca de perder las elecciones, sin embargo, aprovechando las lluvias torrenciales del mes de agosto, apareció en los medios de comunicación sumergido hasta el barro ayudando a las víctimas (su oponente era un conservador bávaro y aquellos asuntos no le iban demasiado). Como a todo cerdo le llega su San Martín, fue derrotadado en las elecciones de 2005, pasándole factura la aprobación de la Agenda 2010. Digo lo del cerdo porque algún voraz periodista le recordó en un momento de la campaña electoral que su rival, Ángela Merkel, le sacaba una diferencia en las encuestras tremenda. Él se limitó a responder haciendo referencia a su situación: "no se preocupe, al final el cerdo engorda". Y sí, engordó -electoral y demoscópicamente hablando- aunque no lo suficiente, pero Merkel estuvo muy cerca de perder aquella contienda electoral.

El canciller Schröder muestra cómo se golpea un balón.

Derrotado en las elecciones de 2005, antes de abandonar el puesto de canciller, aseguró un contrato relativo al abastecimiento energético de un gaseoducto de Rusia a Alemania, lo cual suponía una mayor dependencia energética del continente europeo. Curiosamente, tenía muy buena relación personal con el presidente ruso, Vladimir Putin. Curiosamente, al poco de dejar la cancillería, entró a trabajar para la empresa que construye el citado gaseoducto. Y, también curiosamente, la empresa en cuestión está controlada en un 51% por Gazprom, empresa que, a su vez, está fuertemente controlada por el Estado ruso. Asociación de ideas, parte I.

Ya hemos visto que a los amigos se les conceden contratos sobre gaseoductos. Lo que no estaba tan claro es que los rivales también se pueden beneficiar de los mismos. A Schröder le gusta el fútbol y es fan del Borrusia Dortmund, cuyo rival regional es el Schalke 04. ¿Qué empresa firmó un contrato en octubre de 2006 para patrocinar al Schalke 04? Efectivamente, Gazprom. Hasta 125 millones de euros por lucir hasta 2012 el símbolo de la compañía en las camisetas. Es decir, que, en cierta medida el ex-madridista Raúl, que ahora juega allí, recibe dinero made in Rusia.

Volviendo a Zapatero, es de sobra conocido que nuestro presidente del gobierno siente una cierta pasión en lo futbolístico por el Barça. Sólo cabe esperar que, una vez aprobado el tijeretazo, y con todas las encuestas en su contra, no acabe trabajando para Gas Natural a partir de 2012. Si los seguidores del Espanyol -rival del Barcelona para los profanos en fungol- lo esperan con ilusión por el hecho de recibir un patrocinio millonario, cabe decirles que el Schalke 04 se encuentra ahora mismo en los puestos de descenso de la Bundesliga.

1 comentario:

Deiviz dijo...

Asombroso. No he visto venir el final, qué poco hábil he sido. Ha sido hilarante a la par que edificante.